lunes, 18 de mayo de 2015

RECONQUISTA DE ALTOS VUELOS


Un equipo entrenado por Julio César Lamas, ése es el primer recuerdo que tengo del Real Madrid de baloncesto. Un conjunto que aún jugaba en el Saporta y que venía de completar la peor temporada de su historia con Imbroda. Un proyecto cuya máxima aspiración era una Copa ULEB, o más bien, llegar a la final…

A partir de ahí y hasta la reconquista reciente de Europa, emergen recuerdos aislados y anecdóticos sobre los que lo intentaron y se quedaron en el camino.

Imposible olvidarse de Kaspars Kambala, sus codazos y sus 3 faltas en los 3 primeros minutos de partido, de Elmer Bennett como base viejo, sabio y sensato, de Louis Sweet Bullock y ese giro de muñeca para impregnar de flow y acierto a un vestuario mediocre, de Scola y Felipe repartiéndose, de Bozidar Maljkovic, de la magia entre los dedos de Herreros en Vitoria, de ese quinto partido y de esa ACB, de aquella ULEB ganada con Raúl López de vuelta, o de aquellos cuartos de Euroliga ante el Barça con un tal Alex Scales -y los triples más bombeados de la historia de Vistalegre- Axel Hervelle y Venson Hamilton como protagonistas.

Eran tiempos difíciles para el madridismo con aspiraciones poco plausibles en una sección histórica…

Pero tras el digno paso de Joan Plaza y la efímera estancia de Messina, entonces llegó alguien que nadie esperaba, un tipo llamado Pablo Laso que nos ha obligado irremediablemente a reescribir la historia y eliminar del diccionario la palabra fracaso.


Ahora y siempre podré decir que vi jugar a Jaycee Carroll (el mejor francotirador de Europa), que vi la transición de Llull de actor secundario a actor protagonista en el Viejo Continente, que Felipe resurgió callándonos la boca y el Chacho progresó al ritmo que crecía su barba hasta llegar a ser MVP de la Euroliga, que se ganó una Copa en el Palau, otra en la última décima de segundo y otra sin rival, todas frente al eterno rival, que la historia de Bodiroga se repitió con un tipo llamado Ante Tomic, que el heredero de Toni Kukoc y Drazen Petrovic pasó por aquí y se llamaba Nikola Mirotic, y que los saltos y los mates se reinventaron en Europa gracias a Marcus Slaughter y al líder de todo esto, Rudy Fernández.

Entonces llegó esta temporada al Palacio de los Deportes, un año que será recordado eternamente como el del gorrazo del Chapu al maleficio del Real Madrid en una Final Four. Un curso baloncestístico 2014/2015 en el que gracias a la dirección de Pablo Laso, a las gestiones más acertadas que se recuerdan en los despachos (Nocioni, K.C. Rivers, Maciulis, Ayón), y al liderazgo de los pesos pesados del vestuario, se puede decir alto y claro que el Real Madrid volvió a reinar en Europa de manera indiscutible por novena vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario