miércoles, 31 de diciembre de 2014

PRÓRROGA DE FIN DE AÑO


La nochevieja es esa prórroga buscada por la mayoría de los jugadores y patrocinada por todos los locales consecuentes, en la que el objetivo es echar el resto por haber vivido un año más.

Los últimos instantes del año se alargan unas cuantas horas, eliminando momentáneamente cualquier reticencia del pasado y con la certeza de que ese tiempo añadido, debe ser en todo momento una celebración.

Destaca la ausencia de presión y la mejor versión del jugador, como cuando un tenista va por debajo en el último juego del partido y comienza a repartir cañonazos de precisión milimétrica desde fondo de pista, regodeándose en la presión contraria por cerrar el partido. También pueden ser minutos de gloria, como esos en los que un futbolista abandona el banquillo y salta al campo con la convicción de ser decisivo y correr y correr hasta reventar, pero ojo, cuidado con los excesos jugadores y jugadoras, porque más de uno ha disputado una etapa reina del Tour de Francia escalando diversos Puertos de Montaña bañados en Ron o en Whisky, colocándose al final del recorrido un majot amarillo que está lejos de ser brillante. No obstante, tampoco conviene disputar un combate de los Pesos Pesados, cuerpo a cuerpo, hasta finalizar la contienda 'a los puntos', o lo que es peor, cayendo fulminado al Ring por un K.O. vergonzante.

Dicho esto, desde el Número 1, quiero desearos una feliz salida y entrada de año, convencido de que todos los lectores de este blog realizaréis un plácido recorrido a lo largo de la noche, recapitulando los momentos más memorables del año (como ese piloto que disputa la última vuelta con el cuidado y el convencimiento de tener la victoria en su bolsillo), y en la cual, imperará la cordura y la responsabilidad, que corre el riesgo de ser quebrantada por los triples fallados sobre la bocina o los conciertos altisonantes de estrellas de la música, disipados al día siguiente con eso de 'Noches de artista, mañanitas de payaso'.

Sed felices.


domingo, 21 de diciembre de 2014

EL CORAZÓN DEL ÁNGEL NÚMERO 4


En los últimos años, la constante frustración del madridismo se combinaba, año a año, con la voracidad del olvido de aquellos tiempos en los que se mandaba en Europa con un carácter mayestático, justificado.
Llegó 2014 y con él, las infinitas esperanzas que siempre van ligadas a ese escudo centenario. La realidad era positiva para el equipo, inmejorable según los expertos. Pero la verdad es que, el digno heredero de la mágica volea de Zidane en Glasgow, no fue otro que el corazón de Sergio Ramos en un minuto intempestivo de la final de Lisboa, El 93.
La Champions League más esperada por los aficionados que más la han saboreado posibiló que, esta semana, el Real Madrid pudiera disputar el Mundialito de Clubes.
En el transcurso de esta competición, el breve tiempo de juego no ha sido un obstáculo para encontrar diferentes perspectivas a lo largo de la semana, todas válidas.
En un principio, los más nostálgicos, negaron la realidad para seguir soñando con aquellos años en los que Sudamérica dominaba el fútbol mundial (cuando Argentina y Brasil eran el sueño de cualquier jugador que se preciara), posteriormente, los aficionados y miembros de San Lorenzo jugaron bien su papel de 'detractores del viejo continente', creyendo que la superioridad a base de talonario no debía conllevar favores arbitrales y no podía ser rival del coraje y la ilusión, y por último, tras la final, los madridistas volvieron a pensar en el corazón que se elevó en Lisboa para derrotar a un espléndido Atlético de Madrid. Sergio Ramos, el de Münich, el de las finales, el de Marrakech, el campeón del mundo. Un defensa que lleva los mismos goles oficiales que Iniesta (52) pero en 97 partidos menos, un lateral reconvertido a central por José Mourinho para ganar todo lo que puede ganar un futbolista en su vida, ha proclamado, prácticamente sólo, al Real Madrid como 'mejor equipo del año', además de mantener a Ancelotti en su puesto tras la mencionada diana a Courtois en mayo. Digo prácticamente, porque sin la ayuda de los 61 goles y 19 asistencias de Cristiano Ronaldo en estos 365 días que acaban, nada hubiera sido posible para los merengues. El portugués se ha convertido en el único jugador en ganarlo todo con dos clubes diferentes.

Dicho esto, quedan proclamados ambos futbolistas como Número 1 de la semana, premio compartido esta vez.



Mundialito aparte, esta semana ha finalizado con la dolorosa derrota de las Guerreras del balonmano español en la final del Europeo ante Noruega. La ilusión de prórroga a falta de 20 segundos perdiendo por dos tantos, justifica ese apodo a la perfección, bravo por ellas.

Al otro lado del charco, Rajon Rondo se ha subido al carro del todopoderoso Oeste, abandonando la franquicia de la NBA con más anillos, Boston Celtics, por la ciudad más odiada de EEUU, Dallas, el lugar donde asesinaron a Kennedy.
Este traspaso no sólo refuerza a los Mavericks y a esta onmipotente Conferencia, sino que también puede transladar gracias a su inercia, coast to coast, a otro animal con licencia para dirigir y para anotar como Deron Williams, en este caso dirección California, a unos Kings de Sacramento que se frotan las manos ante su posible big-three callejero 'DeMarcus Cousins-Rudy Gay-DWill'.
Marc Gasol ha demostrado a lo largo de estos siete días cuales son los fundamentos y las cualidades de un center dominador, primero dando una exhibición ante los vigentes campeones (tres prórrogas y triple sobre la bocina), y posteriormente, protagonizando un duelo colosal contra su hermano Pau (el único capaz de ralentizar su estado de forma), dónde hubo un invitado por sorpresa llamado Nikola Mirotic con 27 puntos y un 6 de 6 en triples incluído.



Mención aparte merece el motor en El Número 1, donde se espera con impaciencia el inicio del mejor Rally del mundo, el Dakar.
Sin duda, el fichaje de Joan Barreda por Honda nos proporcionará uno de los duelos del siglo 'metro a metro' entre BangBang y Marc Coma. Además, Laia Sanz se frota las manos para revalidar su cuarto Dakar femenino.

Y para finalizar el periplo de este blog en el año presente, es pertinente ajustar los acordes cinéfilos y, para ello, recomendar a todos los que lo leen, invertir el dinero reservado para ver El Hobbit (La Batalla de los Cinco Ejércitos) en un buen chocolate caliente que podría ser consumido mientras se visualiza Martín (Hache), Midnight in París, o Ali, el biopic del más grande, que pasará la Navidad hospitalizado por una neumonía.
Evidentemente, seguirá picando como una abeja cuando salga de ésta...
Sed felices.


viernes, 19 de diciembre de 2014

2014 A TRAVÉS DE SUS ROSTROS


El rostro puede ser el encargado perfecto de transmitir diferentes significados sobre lo que acontece en el interior de las personas. En ocasiones no es necesario preguntar, sino que basta con sólo mirar.
Ambición, competitividad, esperanza, decepción, cansancio, orgullo, nerviosismo, miedo, felicidad, tristeza... Da igual el hilo conductor que guíe a un ser humano ante una determinada situación, la realidad es que su semblante puede ser una señal pertinente, que sirva para canalizar hacia el exterior la amplia gama de sentimientos que recorren su interior.

En unas fechas adecuadas para sintetizar lo momentos más destacables del año, propongo hacer un recorrido retrospectivo, pensando en los acontecimientos más notables del mundo del deporte y del cine, a través de los rostros de sus protagonistas.


A lo largo de este 2014 que termina, hemos podido ver la inquebrantable sonrisa de un 'niño' de 21 años que denota que ya es bicampeón del mundo de MotoGp, proclamando sin decirlo que Marc Márquez es el rey. En el mismo deporte nos hemos percatado de que una eterna leyenda como Valentino Rossi también ha vuelto a reír a carcajadas. Hemos detectado caras de alegría y júbilo en deportistas de diferentes estilos y diversas disciplinas. Una insaciable Mireia Belmonte ganando 53 medallas, los rostros curtidos del majestuoso Big-Three perdurable de los San Antonio Spurs, liderados por el maestro Gregg Popovich, el renacido Sergio Rodríguez con su barba desaliñada y su MVP de Euroliga, la convicción y el sacrificio de los jugadores del Atlético de Madrid para ganar La Liga 18 años después, la cara de victoria de Simeone en cada entrenamiento, el semblante del madridismo en ese minuto 93 en Lisboa que tornó la victoria del Cholo en derrota, las lágrimas de Cristiano Ronaldo al recoger su segundo Balón de Oro entre épocas, la cara de Lionel Messi al recoger el del Mundial entre críticas, los ojos de victoria en Mario Götze y un país como Alemania después de 24 años, la cara de satisfacción de Lewis Hamilton al ganar su segundo Mundial de Fórmula 1, el rostro inequívoco de felicidad y sorpresa de Carolina Marín tras ser la primera mujer no asiática que gana el Mundial de Bádminton desde 1999, 'los hispanos' conquistando su mundial de balonmano, un rejuvenecido Roger Federer alzando al cielo la Copa Davis por primera vez en su carrera...


Momentos de felicidad y muchos contrastes, como por ejemplo, la cara del sufrimiento y derrota de Alberto Contador al abandonar el Tour de Francia y su rostro de entusiasmo y victoria al ganar la Vuelta a España, la decepción tras la derrota inesperada de la Selección Española de Baloncesto en su mundial, que dió paso a un rejuvenecimiento de Pau Gasol en Chicago y a una plenitud all-star de su hermano, Marc, en Memphis, La conformidad de Fernando Alonso después de cambiar Ferrari por Mclaren, el cambio de aires más nostálgico de Lebron James y el entusiamo del Córdoba en la Fase de ascenso, en contraposición al shock intempestivo de Las Palmas...

En este proceso, no hay que olvidar la tristeza reflejada en los rostros de despedida... Es difícil no acordarse de la aflicción de Carles Puyol al salir a rueda de prensa para decir que no podía volver jamás, de la melancolía de Jonny Wilkinson al cerrar su carrera en el rugby como mejor jugador de la historia o de la pesadumbre de Tom Brady al saber que quizá ya nunca superará a Joe Montana...


Acordes del séptimo arte es lo que le falta a este tributo, y qué mejor manera de empezar a recordar que pronunciar el nombre de Matthew Mcconaughey y vislumbrar un sin fin de expresiones faciales del oscarizado actor. Dallas Buyers Club (con una extrema delgadez), ceremonia de los Oscar mientras daba un ininteligible discurso, mirada a través de un casco y en otro planeta en Interstellar (Christopher Nolan) o mi expresión preferida, esa que mantuvo durante toda la primera temporada de True Detective, esa que ya es memorable en la historia de las series...


Han pasado casi los 12 meses del año y todavía no se ha borrado de mi mente la cara de dolor de la oscarizada Lupita NYong'o recibiendo latigazos en 12 Años de Esclavitud, del mismo modo que me temo que tendremos que esperar mucho tiempo para volver a encontrar un rostro que denote tantos sentimientos, además de múltiples incógnitas, como el de Rosamund Pike en Perdida, dirigida por David Fincher.


El premio que recibió Denzel Washington en San Sebastián, homenaje a su carrera, fue reconfortante para la mayoría, igual que el pequeño vídeo recopilatorio de dos minutos y medio, en el que quedó patente el  recital que lleva dando este actor toda su vida frente a la cámara, ataviado con diferentes caracterizaciones y jugando con diversas expresiones.

Rostros de niños que se hacen mayores como el del protagonista de Gran Hotel Budapest o los dos hermanos en Boyhood, otros que rejuvenecen como el de Bilbo Bolson en El Hobbit, y otros que permanecen impasibles al tiempo y a las circunstancias como el de los mutantes de X-Men Días del Futuro Pasado o el de William Cage en Al Filo del Mañana. Por supuesto, también hay rostros que imponen y debilitan el alma del asesino más preparado, como es el caso de la niña enferma de cáncer terminal, protagonista de Magical Girl.

Hay que terminar el tan complicado compendio de lo que supone un año de vida más. Seguro que habrá sentimientos encontrados y situaciones parecidas, como la de True Detective y La Isla Mínima, y también se habrán quedado en el tintero infinitas caras de miles de millones de personas que son un número 1 día a día. Teniendo en cuenta esto y que, parafraseando a Woody Allen, no sé la clave del éxito pero intentar contentar a todo el mundo sería fracasar, quiero acabar este homenaje con la pulcritud inusitada de alguien que no deja un cabo suelto como Robert McCall en The Equalizer, y para ello, agradecer a una persona muy especial su inmesa labor durante el año que acaba...
Marta Arenas Dorado, tienes mi infinito agradecimiento por volver hacer que florezca en mi la vocación de querer contar lo que está pasando, de querer ser periodista. Tú eres la verdadera número 1. Te Quiero.



Feliz Navidad o Feliz Solsticio de Invierno a todos desde El Número 1.
Sed felices.



domingo, 14 de diciembre de 2014

UNA NOCHE EN EL OLIMPO DE LOS DIOSES


'Recuerda esta noche, porque marca el principio de la eternidad' 
No sé si en estos momentos, en la cabeza de Kobe Bryant se estará repitiendo una y otra vez la frase anterior, pero el caso es que el hombre 'mitad ángel, mitad demonio' está a tan sólo 9 puntos de igualar a Michael Jordan como tercer máximo anotador de todos los tiempos en la NBA (32.262, casi nada).
Superar a Jordan, evidentemente, es perpetuarse en la eternidad, de eso nadie tiene ninguna duda. Mucho menos la mamba negra, vino o como quieran llamar ustedes al 24 de los Lakers. Alguien que soñaba desde su infancia en Italia con superar a su ídolo de los Bulls, alguien que ha imitado a la perfección cada movimiento del mejor jugador de todos los tiempos y alguien que se ha convertido en una leyenda viva de Los Ángeles Lakers, tras 18 años en la franquicia y la sangre teñida al 100% de púrpura y oro. 
No soy muy dado a hacer algo que está muy de moda como es apostar, pero esta noche voy a romper el protocolo y me voy a jugar la reputación de este blog a que Kobe, esta madrugada, va a superar a Air Jordan
El Lakers-Timberwolves que se disputa en apenas 3 horas, no supondrá una barrera para un jugador que ha promedidado en toda su carrera 25,5 puntos por partido. Su historia me respalda.

Sin dejar de lado las leyendas y los records, ésta ha sido una semana en la que nos hemos malacostumbrado (más, si cabe) a la excelencia de varios números 1...


El pasado miércoles, Mireia Belmonte volvió a superar un récord del mundo, esta vez en los 1.500 de piscina corta en los Campeonatos de España que se disputan en Sabadell. El viernes, el Real Madrid amplió en Almería, con una pulcritud ya habitual, su marca de victorias consecutivas. El conjunto merengue elevó la cifra a 20, anotando 4 goles en la provincia andaluza, dejando patente su estado de forma 'superior', en vísperas del Mundial de Clubes que disputa la semana próxima. Y para redondear un fin de semana para recordar, la pasada madrugada, Golden State Warriors sumó su decimoquinta victoria consecutiva en la NBA, dejando la marca en 20-2, liderando con una brutalidad aplastante la liga americana. Sin duda, el entrenador debutante Steve Kerr tiene mucho que ver en el asunto, del mismo modo que nuestro número 1 de la semana, el base Stephen Curry, alguien del que dicen que está llamado a ser el dueño de la próxima década de baloncesto, ya que posee 'el tiro de Ray Allen, la velocidad de Allen Iverson, la magia de John Stockton y el liderazgo de Stephon Marbury'. El tiempo dirá si semejante comparación con el olimpo de los dioses es acertada.

Por lo demás, en la Premier League se ha disputado el clásico inglés entre el Manchester United y el Liverpool, lo que ha reforzado a los diablos rojos en su Teatro de Los sueños tras obtener su sexta victoria consecutiva (3-0). En la liga BBVA, el Atlético de Madrid ha perdido su año y medio de imbatibilidad en el Vicente Calderón (0-1), gracias a un imponente Villarreal y a un emergente Vietto, y para finalizar, la Real Sociedad y Athletic Club de Bilbao disputan en estos momentos el derby vasco en Anoeta.

Cambiando de tercio, parece que esta semana cine y deporte se han puesto de acuerdo. Hoy he visto una bestialidad de película llamada He Got Game, en la que Spike Lee lleva a la perfección la esencia del basket a la gran pantalla, con un Denzel Washington estelar (para variar) y un jovencísimo Ray Allen demostrando que no sólo es el mejor triplista de siempre, sino que también sabe  actuar. 
Además, el miércoles pude ver lo nuevo de Ridley Scott, así como el último film de Woody Allen. Lo que desconocía era que los títulos de ambas películas iban a explicar por sí solas la actualidad deportiva de esta semana y me iban ayudar a cerrar el post resumen del domingo. 
Hablamos de Exodus: Dioses y Reyes, en una noche de domingo en la que Kobe Bryant subirá un escalafón en los anales de la historia haciendo Magia a la luz de la Luna. Silencio, se rueda.
Sed felices.


sábado, 13 de diciembre de 2014

PROMESA CUMPLIDA: NUEVA ORGANIZACIÓN DE EL NÚMERO1BLOG

HOY NACE UN NUEVO MEDIO


'El tiempo pasa y la ilusión permanece'. En muchos momentos dudé sobre si algún día llegaría este momento. Los vaivenes propios del complicado mundo universitario me hicieron dudar, muchas veces, sobre la posiblidad de estudiar y disfrutar -complicado- mi vocación profesional. Pues sí, tras diplomarme en el árido y pantanoso mundo de las Ciencias Empresariales y consolidarme en el Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, puedo decir que la divagación propia de los tres primeros años en ese mundo tan poco atractivo, me hizo sacar a relucir la mayor de mis motivaciones para poder ser algún día un periodista diferente, pero sobre todo, PERIODISTA,
Conocer y comunicar, sea donde sea, pero si es en este rincón será mejor, porque al fin y al cabo el juego consiste en transmitir mi realidad a los interesados. Informar, entretener, divertir y emocionar.
Por eso, cumplo hoy la promesa que hice hace casi 3 años en la fundación de este blog. Hoy nace un nuevo medio con una ilusión y una perseverancia ya irrompible.
La mejor manera de empezar 'serio' será estructurar el contenido por bloques, así es que como podéis ver en la parte superior de la página, las divisiones serán las siguientes:

-EL NÚMERO 1: Aquí aparecerán todas las entradas, sean de la tipología que sean.

-CUESTIÓN DE PELOTAS: Esta sección tratará sobre todos los deportes que puedan aportar algo, siempre teniendo en cuenta que hay más 'pelotas' que la del deporte rey.

-ESTRELLAS Y HOMENAJES: La fuerza que me ha dado durante este tiempo atrás estudiar las figuras de Michael Jordan, Fernando Martín, Muhammad Ali, Usain Bolt, Valentino Rossi, Robert de Niro, Al Pacino o Marlon Brando, sin duda, también ha impregnado en mi una ilusión constante por querer llegar a lo más alto en mi disciplina, por lo que todos y cada uno de ellos me han aportado algo para querer lanzar este proyecto.
Este apartado seguirá desarrollándose, por supuesto, pero sabiendo quiénes son los referentes y las piedras angulares.

-CINE EN SERIE A 35MM: Jugando con la terminología propia del cine conocido hasta la época digital y teniendo en cuenta la edad de oro de las series de televisión, precisamente, en dicha época digital, es hora de combinar el título de esta sección, en la que el cine, las series y el humor estarán presentes.

-ENTREVISTAS EN EL RING: La entrevista es el género estrella del periodismo. El más popular y también el más complicado de realizar. Nunca es fácil dialogar con otra persona (posiblemente desconocida) e intentar conseguir información relevante, situando al invitado en un ambiente cómodo. No, muchas veces la conversación puede desarrollarse, figurativamente, en un ring de boxeo. El intercambio de golpes dialécticos casi siempre se resolverá por KO, pero lo que no sabemos, es cual de los dos protagonistas saldrá vencedor...
La entrevista de hace dos semanas a David González inaugura esta prometedora sección. Disfruten del combate.

-PERICOM POST: Este enlace externo al blog, les llevará a otro medio (Pericom Post) donde escribí varios artículos esporádicamente con todo el mimo y la dedicación posible. Una recomendación.

-TWITTER (@elnumero1blog): La actualidad se trocea en tandas de 140 caractéres y se alimenta de otros medios de interés: Deportivos y cinéfilos. Aquí podrán informarse sobre todo lo que está pasando, minuto a minuto. Teniendo en cuenta la masiva infoxicación en la red, este perfil de twitter -representativo de ElNumero1blog-, intentará ser el mejor curador de contenido (content curator), buscando, estudiando, organizando (mediante listas) y compartiendo la información más fidedigna y de mayor calidad. Síganlo.

-INSTAGRAM (http://instagram.com/elnumero1blog/): ¿Qué sería de la información sin las imágenes? Ahí reside el secreto. Pasen y vean día a día los momentos fotográficos de ahora, y de aquellos maravillosos años.

-LOS LUNES DEL IMPARCIAL: En un claro homenaje al suplemento cultural del periódico El Imparcial(llamado Los Lunes del Imparcial) que se convirtió en el líder de opinión de la castigada sociedad española durante los últimos años de la volátil Restauración y con una temible Dictadura de por medio (Primo de Rivera), el objetivo es hacer un resumen -imparcial-, el primer día de cada semana, sintetizando lo ocurrido en los 7 días anteriores y eligiendo un Número1 de la semana, con el mismo espíritu interpretativo y crítico de la Generación del 98, del 14 y del 27. Será la más regular.

Dicho esto, es hora de ponerse manos a la obra, del mismo modo que Muhammad Ali lo hizo cuando regresó a la máxima competición 3 años después, para subir al trono de 'El más grande' y no volver a bajar nunca más... ElNúmero1blog aprovechará su espíritu, Vuela como una mariposa y pica como una abeja, IMPOSSIBLE IS NOTHING.

Bienvenidos de nuevo...

viernes, 12 de diciembre de 2014

VIOLENCIA Y FANATISMO: La infección que gangrena el deporte.


En multitud de ocasiones el deporte deja de situarse a la vanguardia del entretenimiento y la diversión para dar paso a la violencia y los fanatismos.
Lo que debería subyacer siempre de la competición profesional entre los mejores es la deportividad de los jugadores y de las legiones de fans que llenan bares, estadios y calles. Pero es una obviedad que la cultura deportiva parece aceptar los insultos y los menosprecios constantes, ya sea al árbitro, a la afición contraria o al rival sobre la cancha.
No es fácil, nada fácil, llegar hasta donde llegan los profesionales. Hay que trabajar y esforzarse en cantidades inimaginables, además de tener un talento innato, para poder ser esas estrellas que vemos por la tele y observamos en directo en los campos. Días, tardes y noches de sufrimiento e incertidumbre del que sueña con 'llegar' sólo se puede merecer una cosa: respeto. Es muy fácil criticar sin criterio, hablar por hablar, afirmar y corresponderse con el vox populi.
La crítica está bien siempre y cuando sea respaldada y fundamentada por hechos.

Teniendo clara esta premisa, no debemos perder el norte ante lo que vamos a ver. Respetar lo que se ve y a los que lo ven es obligatorio. El fútbol y cualquier deporte no dejan de ser eso, deporte. Competiciones entre gente y para la gente. Es inadmisible que a la salida de un estadio apuñalen a un aficionado por la espalda o que se sucedan batallas campales en los aledaños de cualquier recinto deportivo por defender unos colores. Es intolerable que se pierda el juicio por algo que, por mucho que admiremos y veneremos, en el caso del llamado deporte rey, son 22 personas en pantalón corto pugnando por un balón. Estas reticencias sobre el respeto en el deporte se ven alimentadas por el uso del mismo para dar rienda suelta a apologías políticas, racismo, xenofobia, homofobia o cualquier tipo de segregación incomprensible, lo que nos contextualiza sobre la gravedad del asunto. Para más inri, esta situación suele ser excusada con el tópico de que estas actitudes existen desde siempre. ¡Basta ya!, eso jamás puede ser una disculpa, siempre debe ser una herencia catastrófica que merece ser modificada de una vez. La desidia de la gente no puede contrastar con la voracidad del olvido.
Veamos el deporte, disfrutemos y saboreemos cada jugada, animemos cada segundo hasta llevar a nuestro equipo a la victoria, del mismo modo que le apoyaremos si fracasa en el intento.
Al fin y al cabo, exprimamos esas dos horas de pasión sin resentimiento, sin envidia y sin insultos gratuitos. Seamos felices con el deporte igual que son (o deberían serlo) los que han llegado tan alto. Jamás lo hagamos algo sórdido y si visceral en el buen sentido.
Hasta aquí la reflexión de esta semana en vísperas de las jornadas de las diferentes competiciones deportivas. Hay que dar un voto de confianza...
Sed felices. #ElNumero1

lunes, 8 de diciembre de 2014

MARC MÁRQUEZ CRUZA LA META DE LA PERFECCIÓN


En octubre de 2013, cuando Marc Márquez se disponía a comenzar el último Gran Premio de motociclismo de la temporada, los aficionados sabían que esa parrilla de salida era diferente a todas las que se habían visto en la historia del deporte de motor. Allí, ese chico de 20 años, estaba a punto de proclamarse campeón del mundo de MotoGP por primera vez. Ese piloto catalán nacido en Cervera, aspiraba a batir el récord de precocidad en conseguir tan distinguido campeonato, del mismo modo que dejaba patente que su sueño se había convertido en realidad, puesto que los posters de Valentino Rossi que habían decorado al milímetro su habitación desde pequeño, habían dado paso a una pugna real sobre el asfalto, milésima a milésima, con el mejor piloto de todos los tiempos hasta la fecha.
Esa carrera iba a ser la recompensa al trabajo bien hecho desde que con 4 años, Márquez se subiera a una moto por primera vez. En el box de la familia del piloto, se encontraban sus padres, dos personas que siempre estuvieron entregadas a la causa y supieron guiar a un niño con un talento inusual y una madurez inaudita sobre dos ruedas. Su representante y amigo, Emilio Alzamora, se apoyaba sobre el muro de dirección que le separaba de su pupilo. El recorrido histórico que habían realizado juntos estaba ligado a una palabra: éxito. Desde que Márquez diese el salto al Mundial de 125cc, se formó una alianza entre ambos en la que los triunfos y los récords se convirtieron en protagonistas: 

  • Segundo piloto más joven en subir a un podio mundialista. (GP de Inglaterra de 2007)
  • Segundo piloto más joven en conseguir una pole position. (GP de Francia en 2008)
  • Campeón del mundo más joven de la historia de 125. (2010, 17 años)
  • Campeón del mundo de Moto2. (2012)
  • Tercer puesto en el GP de Australia de 2011 tras partir en el puesto 38...
  • Piloto menor de 20 años con más victorias. (25)
  • Récord de puntos en  el mundial de Moto2. (299)
  • Piloto más joven en subir un podio de MotoGP. (20 años y 49 días, GP de Qatar de 2013)
  • Piloto más joven en ganar una carrera de MotoGP. (20 años y 63 días, GP de Austin de 2013)
  • Primer rookie que gana en Laguna seca (EEUU, 2013) 

La situación era emocionante y llamativa. Los pilotos se dispusieron a hacer el warm up (vuelta de calentamiento) cuando el circuito de Ricardo Tormo estalló en vítores de animación que no escondían el nerviosismo por la cita. Ese giro que precede a todas las carreras se realiza siempre con sumo cuidado, a una velocidad anormalmente reducida y en aquel instante, hubo tiempo también para pensar que en apenas dos minutos, la carrera se lanzaría a la velocidad máxima posible, situación que Márquez dominaba con gran destreza, pero cuya contraposición era el grave peligro al que se exponía, lo cual le había llevado a vivir todo tipo de caídas y de lesiones:

  • En 2007 fue arrollado por un rival, rompiéndose el cartílago de crecimiento de la tibia.
  • En el GP de Jeréz de 2010 salió disparado de la moto y se dislocó el hombro derecho. En Brno se dislocó el izquierdo.
  • En 2011 una caída en unos entrenamientos casi le hacen perder la vista. Estuvo 3 meses con visión doble.
  • En 2013 se cayó de la moto a 300 km/h en el GP de Italia, lo que le provocó una abrasión en la barbilla.
El desarrollo de la carrera fue un calco de la vida y obra sobre dos ruedas de Marc Márquez. La expectación e ilusión inicial por la cita y la tesitura del piloto, dejó pasó, progresivamente, a la tranquilidad. El de Cervera efectuaba cada giro en posiciones de podio, demostrando un control absoluto. Finalmente, el protagonista se encargó de convencer al mundo con varias vueltas de antelación, de que ese día iba a ser el campeón más joven de la historia de MotoGP porque era el elegido, era el profeta del motociclismo.



Efectivamente, así fue. 20 años, 59 kilos de peso y 1.68 metros de estatura era la edad y la medida del nuevo rey de las motos.

A partir de ahí, ya como número 1, esta temporada su ambición y pasión por las dos ruedas le ha llevado a revalidar el título de la manera más apabullante que se recuerda. 
Cuando un piloto va tan al límite, su hábitat natural debe ser la categoría reina, MotoGp. Es ahí donde Marc Márquez ha conseguido más victorias que nadie en una sola temporada (13), ha igualado el récord de victorias consecutivas de Agostini (10), y se ha proclamado bicampeón del mundo (el más joven) a lomos de su Honda RC213V.

Su apodo es 'el niño', lo que es comprensible con tan sólo leer cuántas veces aparece la palabra 'joven' en su lista de récords. Un campeón por fuera y, según dicen, por dentro, pues su vida ha girado siempre en torno a una moto, desarrollando sus capacidades con un enorme sacrificio, una admirable humildad y un sueño ahora real. En la actualidad, con millones de seguidores y con la certeza de que gracias a su trabajo y a su talento, el futuro le augura infinidad de éxitos. Esto sólo acaba de empezar. 21 años parece que dan para mucho...

'Marc Márquez es excepcional porque tiene los condicionantes para serlo: tiene talento, es muy trabajador y su esfuerzo, su sacrificio es altísimo y lineal. Además, como persona es humilde y asequible para los aficionados. Es excepcional' (Emilio Alzamora, su mánager.)
'Tengo amigos que, en los fines de semana en los que hay carreras, me envían e-mails preguntándome a qué hora corre Márquez. No a qué hora son las carreras. Márquez es ciudadano del mundo, ha sido adoptado por todos, es patrimonio de la humanidad' (Gavin Emmett, comentarista inglés.) 


lunes, 24 de noviembre de 2014

ENTREVISTA A DAVID GONZÁLEZ, NOVILLERO DE LA ESCUELA TAURINA DE MADRID.



‘Cuando los toreros nos ponemos delante del toro, hay veces, por ejemplo en Madrid, que prefieres que te pegue una cornada a estar mal.’ (D. G.)

Los pensamientos, sentimientos y deseos que florecen en una persona cuando se sitúa delante de un toro con el objetivo de controlarlo, domesticarlo y finalmente, matarlo, son dignos de estudio. La tesitura del torero en una faena, cuyo objetivo es lidiar con el morlaco bajo los ‘olés’ de la grada (que quiere divertirse) y bajo las miradas nerviosas de la familia (que no deja de estremecerse), debe ser contradictoria. No hay que olvidar que todo ello sucede mientras la vida del artista pende de un capote y de un sutil movimiento. ¿La pasión del momento conseguirá desterrar cualquier vestigio de miedo o peligro?

David González, novillero madrileño de 23 años (8 de septiembre de 1992), no ha tenido problema en abrirme la puerta de su casa para hablar directa y honestamente sobre su pasión. Este aspirante a torero que ya ha probado la arena de Las Ventas en dos ocasiones y que cuenta en sus vitrinas con el prestigioso galardón del Zapato de Plata, hace repaso sobre su corta trayectoria, del mismo modo que nos cuenta cómo cambió su vida desde que en 2009 decidiera entrar a formar parte de la Escuela de Tauromaquia de Madrid, bajo las órdenes de su maestro y apoderado, Juan Antonio Alcoba ‘Macareno’.




P: Vayamos al grano, sabes que esta pregunta va a salir por lo que cuánto antes resolvamos la cuestión, mejor. Sólo te voy a pedir una cosa, intenta responderme cómo nunca antes lo hayas hecho, ¿qué se siente al ponerse delante de un toro?

D.G: Pues algo que yo creo que no se puede explicar… Es como ¡uff! no sé… Cuando te pones delante de un toro depende… Lo que siempre busca un torero es dominar el toro y poder hacer lo que tu sientes con el toro, entonces con algunos no lo sientes pero con otros cuando llegas y sabes que estás dominando y que estás a gusto en una plaza de toros, eso es…

P: ¿No sientes miedo?

D.G: No, miedo sientes antes de ponerte delante, los días de antes piensas, ¿me embestirá?, ¿no me embestirá?, tengo que estar bien… Pero por uno mismo también, por querer estar bien, no por nada. Pero luego cuando sale el toro se te va el miedo y sólo estás pensando en qué puedes hacerle para que embista, para poder dominarle.

P: ¿Por qué surgió ese deseo de ser torero en una época tan convulsa para la profesión?

D.G: Pues de pequeño siempre me ha gustado, tampoco mucho… Pero fue en una fiesta campera con unos amigos que me dijeron –venga, ponte delante de una becerra-, y me puse delante y fue la hostia. Desde entonces ya sólo quería apuntarme a la escuela y torear y torear… Hasta que me apunté.

P: Dicen que si un novillero tiene la oportunidad de hacer faena en Las Ventas, está obligado a tener el mejor día de su vida en la arena para poder llegar a algo en el complicado mundo de los toros. Todo o nada frente a dos morlacos. Tú has acudido ya dos domingos por la mañana a este lugar emblemático, que además, es de tu ciudad. La primera vez fue fantástica, con una ‘segunda posición’ en el Certámen de novilleros de Las Ventas (2012) que todos sabemos que mereció ser la primera. La segunda fue más mediocre, con un grave problema a la hora de matar. Tu carrera sigue igual. Sigue estancada. ¿Cómo ves tu futuro?, ¿cuál es tu perspectiva global?, ¿crees realmente que tienes opciones de mejorar?

D.G: Yo creo que sí, si no, no seguiría en esto… Creo que tengo muchas cosas que puedo mejorar y que creo que gustaría a la gente en mi forma de torear, y nada, la verdad es que están las cosas complicadas pero si uno se prepara y sigue entrenando día a día, preparándose en el campo… Pues puede que de repente te toque el toro en Madrid o tu estar preparado y poder solucionarlo. Sigo aspirando a lo máximo.

P: ¿Cuál ha sido tu mejor momento?, ¿y el peor?

D.G: El mejor en Madrid, en el Certámen de Las Ventas (2012) y en el Zapato de Plata.

Y el peor Madrid también…

P: ¿La segunda vez que fuiste a Las Ventas?

D.G: Sí… (visible emoción en sus ojos), ese día salió todo mal, las sensaciones no fueron buenas antes de matar y cuando llegó el momento… No salió bien, debe servirme para aprender y ojalá puede volver a salir a Las Ventas.

P: Eres considerado como un torero (novillero) clásico. Por las formas y el gusto al torear. Para los que no tenemos ni idea de toros como yo, el gusto sería algo así como el concepto o intentar hacer el toreo clásico: intentar hacerlo como lo han hecho los grandes. Procurando hacer el toreo que sientes. Sin copiar a nadie. ¿Estás conforme con esta etiqueta?

D.G: Sí, yo creo que eso quizá no es lo que buscan todos los toreros, pero todos los grandes han toreado el toreo clásico y lo que uno lleva dentro, el toreo serio, la colocación… Yo es lo que siento, el toreo clásico.

P: Las referencias son importantes. Para casi todo en esta vida es conveniente tener una. Imagino que en tu ámbito es aún más importante, sé que Morante de la Puebla es tu espejo pero quiero que vayas más allá. ¿Qué tres toreros de toda la historia idolatras y qué tres toreros aborreces? Mójate.

D.G: (risas) De los actuales José Tomás y Morante, pero si es de toda la historia, Manolete y Pepín Martín Vázquez, que era un toreo que toreaba muy bien.

P: ¿Y los tres que no?

D.G: Me gustan todos porque cuando ya sabes lo difícil que es, a cualquiera le das mérito.

P: ¿Quién es el mejor torero de la historia?

D.G: Yo creo que José Tomás.

P: Vamos con dos máximas de la tauromaquia: ‘Llegar a ser figura del toreo es casi un milagro. Pero al que llega, podrá el toro quitarle la vida; la gloria, jamás.’ y ‘El toreo trasciende más allá de las fronteras del propio cuerpo, del propio espíritu y de la propia mente humana, es concepto básico que debe de aprender quien quiera ser torero’. Estas frases ya históricas de la tauromaquia, fueron acuñadas por Manuel Martínez Molinero, fundador de tu escuela, la escuela taurina de Madrid y ‘padre’ taurino de muchos toreros madrileños como fueron, entre otros, ‘Yiyo’, Lucio Sandín, ‘Joselito’, José Luis Bote, ‘El Fundi’, Cristina Sánchez, Luis Miguel Encabo, ‘El Juli’ o Miguel Abellán. Si analizamos el significado de estas expresiones, podemos afirmar que el toreo, para vosotros, va más allá del bien y del mal. Vida y muerte tienen el mismo sentido siempre y cuando se alcance la gloria, ¿Crees realmente que merece la pena llegar hasta ese límite?

D.G: Hombre, morir nadie quiere pero… No sé, cuando los toreros nos ponemos delante del toro hay veces, por ejemplo en Madrid, que prefieres que te pegue una cornada a estar mal.

P: ¿Enserio?, es fuerte esa afirmación…

D.G: Sí, lo que uno busca es torear bien y estar a gusto y poder coger un toro como uno quiere… Nadie desea una cornada, pero hay veces que los toros te ponen a prueba, porque hay toros que son nobles, con condiciones y que pueden romper pero hay otros que si tú no te pones en ese sitio o haces ese esfuerzo pues… No van a embestir. Y cómo no estés preparado y no te coloques ahí pues no embisten, entonces prefieres a veces ponerte ahí y jugártela más.

P: ¿Jugártela como José Tomás?

D.G: Eso es extraordinario, incomparable.

P: ‘Costillares’, ‘Lagartijo’, ‘Litri’, ‘Paquirri’, ‘Varelito’ o ‘Sevillita’ son algunos de los apodos taurinos que conocemos. La mayoría tiene uno. ¿No crees que David González necesita un apelativo?

D.G: No tengo ningún apodo y creo que el torero la etiqueta se la pone toreando, no hace falta apodo.

P: Cambiando de tercio, una vez escuché que todos los toreros cumplen con tres características comunes: Son fachas, se van de putas y ponen los cuernos a sus mujeres. ¿Estás de acuerdo?

D.G: No, eso es mentira. Antiguamente a lo mejor si eran más dados a ser más golfos, a beber… Es otra vida, una vida en la que se vive todo muy al límite, o lo disfrutas todo más o no sé… Yo creo que actualmente no, puede haber casos claro… Pero yo creo que no. Cada vez las figuras arrean más y son casi atletas, se entrenan a destajo.

P: PODEMOS, ¿Qué opinión te merece?

D.G: Bueeeno (muchas risas).

P: ¿Es un fenómeno de la actualidad?, ¿ no?

D.G: (más risas) Claro que es un fenómeno… Si un fenómeno seguro que es (risas). Yo no estoy a favor de lo que él opina, ya no por los toros sino por todo en general, su argumento. No estoy a favor.

P: ¿Le cortarías la coleta a Pablo Iglesias?

D.G: Claro (risas), claro que se la cortaría, por no decir otra cosa.

P: Estudiaste en un colegio católico de las Dominicas de la Anunciata, ¿Crees en Dios como la mayoría de tus compañeros de profesión?

D.G: Si.

P: Muchos grandes toreros se han visto relacionados con la prensa del corazón. Mujeres, fama, dinero… ¿Piensas en que puedes caer en ese mundo y todo lo que le rodea? ¿Estás preparado?

D.G: Yo creo que sí, lo que uno busca es el toro, luego la fama viene sola y yo creo que en el toreo tampoco se busca nada más allá. La vida del torero es el campo, estar entrenando y no tienen tiempo para distraerse con salsa rosa e historias. La fama puede venir pero no es el objetivo.

P: Si hablamos de toros y prensa rosa, en este país, automáticamente, se llega a un mismo punto. Belén Esteban. ¿Representa ella algo de este país?

D.G: Que Belén Esteban haya llegado hasta donde ha llegado me parece vergonzoso, igual que otras muchas cosas de este país.

P: ¿Las asociaciones de anti-taurinos suponen un verdadero problema para el desarrollo de vuestra profesión a día de hoy?

D.G: Creo que hace más daño la política, como en Cataluña con el cierre de la Monumental, aunque claro que influyen.

P: ¿Eres un asesino de toros?

D.G: No.

P: ¿No?, pero al fin y al cabo, objetivamente, tú matas al toro con una espada… ¿Qué razón darías para decir que no eres un asesino de toros?

D.G: Sí le matas, a mí me encanta ver a un toro en el campo y matarle es parte de la fiesta, pero bueno, todos los animales mueren. Encima tú al toro le das la oportunidad de lucirse, al toro se le cuida para que esté impecable y bien a la hora de salir a una plaza de toros y esa oportunidad a ningún animal se la dan. Tú te pones a pensar en un cerdo, un pollo o una vaca y todo va a la productividad. Las vacas están entabladas para sacarles más leche.

P: ¿Se muere el toreo?

D.G: Sí, la gente cada vez va menos a los toros. No se le da la publicidad necesaria y a la gente joven no se le enseña, no se televisan casi corridas de toros. Igual que el tenis o el fútbol se televisan mucho, los toros están apartados y creo que se está perdiendo ese arte.

P: Pues ha sido un placer David. Te agradezco tu claridad, tu honestidad y tu sinceridad a la hora de responder. El consejo que te doy es que si quieres de verdad llegar a donde llegaron los más grandes, nunca dejes de creer que puedes y nunca dejes de intentarlo. Al fin y al cabo, tu gran ídolo Morante de la Puebla, tardó dos años y medio en tomar la alternativa desde que debutó en Las Ventas como novillero. Estás a tiempo.

D.G: Muy bien, lo he pasado muy bien, gracias.



martes, 14 de octubre de 2014

ELECCIÓN DE INSTANTES INOLVIDABLES EN CINE Y SERIES, A TÍTULO PERSONAL.

Dada la circunstancia de que este medio lo protagoniza la libertad creativa, pensemos en una selección bajo el más mínimo detalle de los mejores momentos de la historia del cine y las series.

Sin ánimo de vilipendiar la labor de las obras cinematográficas y televisivas completas, creo que nadie duda que aquellos pequeños instantes que llaman la atención y erizan la piel, son en muchas ocasiones, los segundos por los que recordamos una película o una serie.



La intro de Trainspotting, ese momento en el que Renton, el protagonista, se presenta cuestionando su integración en la sociedad como una persona normal, afirmando que su mundo gira en torno a la heroína y que esa es su preferencia indiscutible, más que la propia vida.

Los minutos de gloria de Robert de Niro en El Padrino II, interpretando a un joven Vito Corleone. Un papel memorable con un determinado instante señalado, ´el de las azoteas´, que es imposible de olvidar y está a la a altura de las circunstancias y la responsabilidad.

El cuarto capítulo de la primera temporada de True Detective (‘¿Quién anda ahí?’). Todavía sigo pensando en la perfección y precisión absoluta de ese momentazo en el que Rust Cohle se infiltra en la banda de moteros traficantes de droga, del mismo modo que recuerdo ese plano secuencia de 6 minutos que ya es historia televisiva. Tampoco podríamos pasar por alto el final de la tercera de Breaking Bad (‘Medidas Completas’), con un Walter White poseído ya por el espíritu de Heisenberg, gritando a Jesse Pinkman sutilmente ‘RUN!’

Hay espacio para bailes de todo tipo, estilo John Travolta y Uma Thurman en Pulp Fiction copiando a Anna Karina, Claude Brasseur y Sami Frey en Bande à part, Audrey Hepburn y Fred Astaire bailando en el piso 23 o Gene Kelly bailando y Cantando bajo la lluvia.

Sangre ´made in´ Tarantino con ojos arrancados (Kill Bill) y orejas cortadas (Reservoir Dogs), cines que arden produciendo sensaciones opuestas como el de Malditos Bastardos y Cinema Paradiso, Buñuel y su ojo acuchillado, suspense y terror de la mano de Hitchcock y Kubrick, Psicosis y El Resplandor, la ducha y la puerta del baño, Janet Leigh y Jack Nicholson. Clint Eastwood preguntando ´¿De quién es esta pocilga?´ al entrar en una taberna del viejo oeste como forasteto (Sin Perdón). Conversaciones profundas, inteligentes y edificantes como las de Robin Williams con el indomable Will Hunting. Besos de todo tipo, amor onmipresente y una frase que lo resume todo en ´siempre nos quedará París . Luchas como las de La Novia contra los 50 maniacos o la de Ali y Foreman, confesiones reveladoras como la de un malo malísimo Darth Vader a su hijo Luke Skywalker. Mentiras de padre a hijo en forma de reglas de un juego inexistente como el que inventa Benigni para su niño en la Vida es Bella. Vergüenza ajena en pantalla y compasión en el espectador cuando alguien se convierte en ladrón de bicicletas por primera vez y por estricta necesidad de supervivencia en una Italia de post guerra.

Aquí no se deben prohibir las lágrimas, pues Máximo Décimo Meridio nos enseñó a llorar a todos en Gladiator.

Debemos darnos prisa en la creación de este montaje surrealista y para ello el ‘corred insensatos’ de Gandalf en La Comunidad del Anillo es lo más pertinente. Nuestro invento se vuelve trepidante y por ello entra el final fantástico e increíble de Big Fish, el grito desesperado de Sean Penn al perder a su hija en Mystic River, una conversación majestuosa entre Heath Ledger y Christian Bale, entre el Joker y Bruce Wayne, entre la sonrisa diabólica del primero y el mejor Batman de siempre. Vemos una bolsa que vuela de fondo y sí, es la de American Beauty que ha salido de esa extraña habitacion en la que Robert de Niro le pregunta al espejo ´¿me estás mirando a mi?´.

El final se acerca y es el momento de dar un giro de tal magnitud como el de La Boda Roja (Las Lluvias de Castamere) de Juego de Tronos para perdernos entre tanto impacto y tanta sangre.

Ahora sí, con el objetivo de dar por concluida la experiencia, dejándonos muchas, muchísimas cosas en el tintero, llegaría un fragmento brillante del Western de los Western, un final como el de El Bueno, el feo y el malo, con el desenlace perfecto, para posteriormente utilizar el fundido a negro más recordado de todos los tiempos, ese con el que vimos o no vimos (dejo la duda en el aire) a Tony Soprano por última vez.

jueves, 11 de septiembre de 2014

RETALES DE UNA GENERACIÓN DE ORO INVULNERABLE Y PERDURABLE


La lógica siempre nos dijo que no, que era imposible tener una selección de baloncesto campeona del mundo. Los expertos jamás negociaron la idea de que algún equipo podría covertirse en el álter ego de Estados Unidos sobre el parqué. Extraterrestes de la talla de Wilt Chamberlain, Bill Russell, Julius Erving, Larry Bird o Magic Johnson daban su recital de madrugada al otro lado del planeta. En este país, atrasado en muchos deportes por la supremacía futbolística y por un turbio pasado ajeno al deporte, siempre se miró con recelo y admiración los despegues y aterrizajes del Doctor J o la rivalidad Celtics-Lakers...
Aquí no se disponía de perfectas figuras atléticas con capacidad de salto y de resistencia infinita. Quizá deberíamos empezar por ahí...


A pesar de dos medallas de plata en sendos Europeos (35' y 73'), España no despegó como selección hasta los años 80, a ritmo de plena movida madrileña. Un grupo humano de jugadores fantásticos, con tintes revolucionarios y reflejo de un país que se abría al mundo con el desenfreno de su capital, comenzó a jugar un baloncesto rock&roll como los ángeles, y como tal vio su esplendor y su obra más perfecta acabada en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84, llegando a la final contra los extraterrestres y anfitriones, pasando por encima de la Yugoslavia de Drazen Petrovic en semis y demostrando que el resultado en la final no era importante porque era imposible ganar, lo verdaderamente genial era llegar ahí enseñando al mundo que aquí se avanzaba. En ese equipo se erigió un líder como Fernando Martín, algo así como un profeta de nuestro basket, capaz de triunfar en el Real Madrid con tanta elegancia como pundonor, emigrar a la distanciada NBA siendo pionero y abriendo puertas, y finalmente morir como una estrella de rock a los 27, repentinamente, dejando a su banda en lo mayor altura posible y demostrando que aquí también había canchas callejeras y canastas en los institutos, con su correspondiente continuación en grandes clubes profesionales y enormes jugadores como Iturriaga, Corbalán, 'Epi' o Fernando Romay.


Ese fue el inicio legendario de nuestro baloncesto moderno, algo premonitorio de que en un futuro se podía llegar más lejos, de que era posible romper las reglas y competir contra Estados Unidos.
Con la ilusión de llegar a ser como las estrellas de aquí y de allí, en la década de los 90, niños como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Jorge Garbajosa, Jose Manuel Calderón, Felipe Reyes, Rudy Fernández o Sergio Rodríguez, elegían el baloncesto como forma de vida mientras colgaban posters de Stockton y Malone en su habitación y trasnochaban viendo las hazañas de su majestad Michael Jordan en la televisión. Todavía recuerdo perfectamente la mística que desprendía la NBA en el patio del colegio, donde quienes jugaban al basket decían que había un tipo en los Bulls que era capaz de volar.

La transición al estrellato mundial comenzó cuando esa Selección Española júnior fue campeona del mundo en Lisboa 99', venciendo en la final precisamente a los Estados Unidos. El salto al circo profesional debía dar comienzo y de qué manera...

La primera piedra la puso en 2001 un gigante en todos los sentidos, Pau Gasol, con 21 años y sin miedo a la historia y a las circunstancias, el de Sant boi decidió cruzar la puerta que abrió Fernando Martín y emergió de las profundidades europeas para plantar su clase y su estilo en el draft de la NBA, siendo elegido en el puesto número 3 (como Michael Jordan), y dejando destellos infinitos de su calidad y liderazgo nada más aterrizar en la ciudad donde asesinaron a Martin Luther King, Memphis.

El resto de la historia ya la conocemos por motivos evidentes, Rookie del año, mate mediático en la cara de Big Ticket, mejor jugador de la historia de la franquicia, All-Star...

Como dijera en su día Nelson Mandela a su capitán de rugby François Pienaar, para unir a negros y blancos en Sudáfrica y sepultar el apartheid, 'los tiempos cambian y nosotros tenemos que cambiar, y necesitamos ganar el mundial de rugby como medicina'

Desconozco si alguien le dijo algo parecido a Gasol antes de jugar el Mundial de 2006. Evidentemente, en España no existía un conflicto de tal magnitud social y cultural pero si existía cierto desprecio al Baloncesto y cierto complejo de inferioridad.

La resolución de ese campeonato es el punto álgido de esta historia... Mundial de Japón, clases magistrales de lo que es jugar en equipo, el liderazgo de Pau, la explosión de su hermano en la final para cubrirle, el tirito de Navarro, la polivalencia de Garbajosa, el 'showtime' del Chacho y Rudy y el primer mundial de la historia de nuestro basket. La mayor parte del país pegada al televisor y en la celebración un mensaje claro del entrenador. 'BA-LON-CES-TO'.


En esta imagen, como si del Cristo Redentor de Río de Janeiro se tratara, el pívot español, ausente en la final tras una heroica lesión ante la Argentina de Ginóbili, dejó patente que la historia no sólo estaba reservada para la Lituania de Sabonis, la Yugoslavia de Bodiroga o la infinidad de Dream Teams. La España de Gasol también subía al Olimpo.

A partir ese instante llegó eso de la Generación de Oro, de la ŇBA, más popularidad, más viajes a la NBA (Navarro, Garbajosa, Calderón continuaba...) y las distancias se acortaban.

Fue entonces cuando se empezaron a recoger los frutos de tanto esfuerzo en silencio, de tanto menosprecio impaciente. Estos jugadores en 2008 nos ofrecieron el mejor duelo histórico de una final olímpica, plantando cara hasta el último segundo a un equipo galáctico de EEUU apodado 'Dream Team' y que ganaba la comparación al de Jordan, Bird y Johnson de Barcelona 92'.

Un mate de Rudy sobre la figura del mejor defensor de la NBA Dwight Howard en esa final de Pekin, levantó al país del sofá a las 8 de la mañana y difundió con violencia a todo el planeta que España no era peor que Estados Unidos.


Lamentablemente Kobe Bryant, Lebron James y Carmelo Anthony acabaron ganando el oro in extremis.
Posteriormente llegaría más éxito, 2 medallas de oro en ambos Eurobasket y otra final antológica perdida en el último minuto, contra el mejor equipo americano que vi jamás (Kevin Durant mediante, con James Harden reserva...), en los JJOO de Londres 2012. La sensación de ese partido fue de enorme disgusto, lo cual teniendo en cuenta las circunstancias era un triunfo, ya que la selección española fue mejor que EEUU como equipo, incluso a Pau nadie le supo o pudo parar en ese partido.
Quizá no haber ganado nunca a los extraterrestres en su mayor nivel competitivo es el único 'pero' estadístico en contra de la banda de rock&roll moderna de Pau, pero la sensación es que se luchó de tú a tú, sin miedos, sin complejos, con esperanza e ilusión. Que se pudo ganar y competir. Que sólo ellos pudieron en la historia. La misma Fe que tuvo Gasol cuando un día decidió emigrar, ganar dos anillos de la NBA en Los Ángeles Lakers con Bryant y ahora fichar por los Bulls de su majestad.


Este año se buscaba cerrar la etapa de mayor éxito del baloncesto español, realizando un buen papel en el Mundial que se celebraba, precisamente, en nuestro país. Por nombres, a pesar de que muchos superaban la treintena y disputarían su último mundial (por ejemplo Gasol y Navarro), se hablaba de la mejor selección española de la historia, al mismo tiempo que se corroboraba que nunca fue tan apropiado decir eso de que los viejos rockeros nunca mueren, que nunca habrá suficientes elogios para esta generación perdurable. Pero un entrenador nauseabundo incapaz de rotar el quinteto, tras una primera fase esperanzadora, llevó a su equipo a sucumbir en cuartos de final (en su Palacio de los Deportes), ahogado en el planteamiento táctico de la vigente campeona de Europa, Francia. Fue una noche dura, un obligado cambio de ciclo rodeado por un sopor tremebundo donde reinó la consternación con la irrupción de los viejos fantasmas sobre el parqué y donde sólo Pau Gasol pugnaba por preservar el sentido común. Pero nada de nada. Un gorrazo de Gobert sobre el mejor jugador español de todos los tiempos fue el detalle que indicó nuestro final. Una crónica de una muerte no anunciada que nos hizo volver a la Tierra y apreciar aún más si cabe los años en los que se luchó de tú a tú contra Estados Unidos en Marte. Un desenlace cuyo guión no correspondió al final feliz de Hollywood. Pero no pienso recrearme en un final que antes o después debía llegar y si pienso acordarme cada segundo de que la película fue buena, fue majestuosa, fue cojonuda. Al fin y al cabo nos levantó del sofá mientras se luchaba en Pekín o en Londres cuando nunca antes nadie se había ni acercado. C'est la vie. Al fin y al cabo estos jugadores nos enseñaron que tanto en el deporte como en la vida, hay que ir superando retos, siempre apuntando a lo más alto...


Sólo una anécdota más, Andrés Montes (que algo sabía de esto) no llamó a Gasol por ninguno de sus motes populares, ni 'Gasolution', ni 'Pow', ni 'El Dragón'..., ¿Saben ustedes cómo le llamaba hasta dejarnos en 2009?, -E.T. El extraterrestre-, porque la vida puede ser maravillosa.

domingo, 25 de mayo de 2014

Y RESURGIÓ LA BESTIA A SU MANERA.



Cuando echó a rodar ese balón ayer en el estadio Da Luz de Lisboa volvía el debate sobre si las emociones hacia el fútbol tienen una justificación lógica, sobre cómo y por qué se siente un equipo en el corazón, sobre si merece la pena llevar la pasión más allá de lo que es o de lo que debería ser, sobre qué cojones es esto llamado popularmente 'deporte rey' y por qué cojones mueve tanto dinero en forma de millones disfrazados de ilusiones.

No lo sé, ni lo quiero saber. Lo único de lo que tengo consciencia plena es de que lo siento. Ayer no jugaban 11 contra 11. Ayer jugaban miles y miles de personas desde el sofá de su casa, desde la última butaca del bar o desde las cómodas gradas de tres estadios. La realidad nos decía que el Real Madrid llevaba 12 años sin levantar su más ansiado trofeo, precisamente por ser el que más veces lo ha disfrutado, del mismo modo que nos mostraba la intratable manera de competir de un equipo sin las mejores condiciones técnicas, llamado Atlético de Madrid, pero capaz de destrozar a cualquier rival precisamente por convencerse como nadie de que eran superiores. En el pensamiento de cualquier aficionado estuvo hasta el minuto 93 de partido, la unión mental y física que ha conseguido el Cholo Simeone en sus jugadores, pero ALGO paró y silenció el mundo futbolístico en ese minuto. ALGO intangible y con un cierto toque espiritual y mágico volvió a un terreno de juego para los que lo habían olvidado o lo querían olvidar. El corazón de Sergio Ramos voló sobre las cabezas de los defensas rojiblancos para incrustar con una pulcritud inusitada el esférico ante la atónita mirada del gigante Thibaut Courtois. Ahí se supo, sin protocolo en el palco ni en ningún lugar para celebrar y gritar, ahí la realidad nos dijo que el club más grande de la historia había vuelto del exilio para quedarse, para erradicar cualquier vestigio de desesperanza en el madridismo, para convertir los insultos en silencios y los silencios más profundos en gritos desenfrenados.



Tampoco sé que pasó a partir de ese momento, no sé por qué Ángel Di María no declinó ni un solo segundo su máximo empuje y sigo sin explicarme cómo sirvió un centro-chut (otro) en una prórroga de desgaste, casi entre lágrimas, para que el Golden Boy de Cardiff nos diera la décima, tampoco sé cómo todo empezó a ser un sueño decorado con más goles de los que era posible imaginar. Sé que 'el 7 blanco' aguantó lesionado y marcó en el último minuto. Sé que la celebración fue un éxtasis. Sé que me quedé sin voz y mi camiseta de Benzemá despareció entre los abrazos. Sé que hubo muchas lágrimas. Sé que fue la puta hostia, sé que te quiero Real Madrid.