lunes, 23 de febrero de 2015

EL PLACER DE LO INSIGNIFICANTE


En este país, la resaca de los Oscar suele estar protagonizada por el 'boca a boca' consecuente de quien se ahorra la vigilia y acude a primera hora, con impaciencia y curiosidad, a las portadas de los periódicos para corroborar sus pronósticos -las redes sociales facilitan el proceso-.

En concreto, la mañana de este lunes 23 de febrero ha quedado marcada por algo más que el triundo aplastante de Birdman y la virtud genial (y esperada) de Iñárritu.

Seguramente los colegios sean el ejemplo perfecto de aquellos que no han trasnochado, por eso hoy, en el patio de todos ellos, mientras una escisión de los mayores hablaba de cine, algunos niños hablaban también de los superhéroes terrenales. Seguramente, unos se habrán preguntado a otros si ayer vieron la chilena de Benzema. Ese movimiento artístico de ese jugador capaz de hacer real lo ficticio de un videojuego...


Asimismo, es probable que la otra parte de los jóvenes que no juega al fútbol porque prefiere la cancha de baloncesto, haya intentado imitar los movimientos artísticos de un tipo canario, con barba desaliñada, llamado Sergio Rodríguez o haya debatido sobre el ataque y la defensa de Rudy Fernández, el jugador que un día participó en el concurso de mates de la NBA y ayer dio al Real Madrid su copa número 25, en Gran Canaria, frente a su eterno rival, el Barcelona.



La realidad es que el cine y el deporte son las mejores medicinas para poner remedio al primer madrugón de la semana.

La pasión, el seguimiento y el debate (muchas veces absurdo y visceral) que generan, nos permiten desconectar de nuestro mundo por un segundo. Es así. Y como consecuencia, ceremonias de los Oscar y jornadas de liga como las de este pasado fin de semana, sirven para encumbrar a unos y sepultar a otros, bien a nivel objetivo (los puntos de la tabla clasificatoria no se negocian) o bien a nivel subjetivo (el mundo de las subjetividades del arte quedó bien representando en la mejor película del año. Iñárritu nos hizo plantearnos la sutil 'diferencia' entre el éxito y el fracaso).

Yo me quiero dedicar a ambas cosas, porque quizá esa sea mi filosofía de vida, y como bien dijo Carlos Marañón (presentador de la Gala ayer en Canal +) en la entrevista que concedió a este medio, 'el placer de la vida está en las cosas más insignificantes.'



En el apartado técnico, la verdad es que en un fútbol moderno donde si no corres, estás muerto, Benzema e Isco regatean y deleitan sin correr, demostrando por qué el fútbol puede ser un arte. Esa virtud, ligada al compromiso grupal y a la intensidad y la defensa (como la de Nocioni ayer 'echando a la gente de su casa' de ese modo en la final), posibilitarán que el resultado acabe en victoria.

El ejemplo perfecto de esta combinación se dio el pasado sábado en el Camp Nou. El equipo joven, atrevido y canterano del Málaga (Juanmi, Darder, Rosales, Castillejo...), se plantó en el campo del F.C. Barcelona con las ideas bien caras. Dirigido a la perfección por Javi Gracia, el conjunto andaluz corrió cuando tuvo que correr (contraataques de escándalo), regateó, dominó e incluso mareó al Barça por momentos, y finalmente defendió hasta el punto de que Messi y Neymar no tiraron ni una sola vez a puerta... ¿El resultado? Victoria contra pronóstico del Málaga (0-1), repaso táctico, desesperación flagrante de Jordi Alba y favor al Real Madrid, que afianza su liderato 2 semanas después de ese 4-0 rojiblanco... (La flor en el culo de Carletto)



En cuanto a lo acontecido en el Dolby Theatre de Los Ángeles. Hollywood se vistió de Gala para su 87ª ceremonia y nos regaló un inició impactante con el premio a mejor actor de reparto. Edward Norton, Robert Duvall, Ethan Hawke y Mark Ruffalo se salieron del mapa con sus interpretaciones estelares, pero J.K, Simmons los puso firmes, como si del reconocimiento de Ronald Lee Ermey en La Chaqueta Metálica se tratara.


Julianne Moore 'siempre' había salido victoriosa en los reconocimientos de este año y no se percibía ningún atisbo de derrota en el acontecimiento señalado. Quizá. esta categría de mejor actriz fue la segunda más competida (Rosamund Pike, Marion Cotillard, Felicity Jones, Reese Witherspoon...), puesto que en la de mejor actriz secundaria, Patricia Arquette llevaba 12 años planeando este Oscar y como mejor actor principal, nadie sabe aún si subió a recoger el premio Stephen Hawking o Eddie Redmayne.



Con respecto a la mejor película extranjera, Ida arrebató la gloria al sueño de Szifrón y Almodóvar, Relatos Salvajes, y ganó el primer Oscar de la historia para Polonia, tras un discurso de entrega en el que se apelaba a la ausencia de fronteras en el cine, cuando precisamente, ese premio incluía en su título una pequeña connotación, la palabra 'extranjera'...

La mejor banda sonora correspondió al Gran Hotel Budapest y la mejor fotografía cayó en manos de la todopoderosa Birdman

En defintiva, se puede decir que todos los premios fueron merecidos esta vez, no así las nominaciones, puesto que quizá ya va siendo hora de que la Academia levante el veto a Christopher Nolan... 



Probablemente este montaje cinéfilo, deportivo y absurdo no sea tan perfecto como el de Whiplash (con J.K. Simmons metiendo presión). El caso es que el guión es tan original como el de Birdman, porque de considerarse adaptado, Alan Turing lo hubiera hecho mucho mejor...

Sed felices.

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