domingo, 21 de diciembre de 2014

EL CORAZÓN DEL ÁNGEL NÚMERO 4


En los últimos años, la constante frustración del madridismo se combinaba, año a año, con la voracidad del olvido de aquellos tiempos en los que se mandaba en Europa con un carácter mayestático, justificado.
Llegó 2014 y con él, las infinitas esperanzas que siempre van ligadas a ese escudo centenario. La realidad era positiva para el equipo, inmejorable según los expertos. Pero la verdad es que, el digno heredero de la mágica volea de Zidane en Glasgow, no fue otro que el corazón de Sergio Ramos en un minuto intempestivo de la final de Lisboa, El 93.
La Champions League más esperada por los aficionados que más la han saboreado posibiló que, esta semana, el Real Madrid pudiera disputar el Mundialito de Clubes.
En el transcurso de esta competición, el breve tiempo de juego no ha sido un obstáculo para encontrar diferentes perspectivas a lo largo de la semana, todas válidas.
En un principio, los más nostálgicos, negaron la realidad para seguir soñando con aquellos años en los que Sudamérica dominaba el fútbol mundial (cuando Argentina y Brasil eran el sueño de cualquier jugador que se preciara), posteriormente, los aficionados y miembros de San Lorenzo jugaron bien su papel de 'detractores del viejo continente', creyendo que la superioridad a base de talonario no debía conllevar favores arbitrales y no podía ser rival del coraje y la ilusión, y por último, tras la final, los madridistas volvieron a pensar en el corazón que se elevó en Lisboa para derrotar a un espléndido Atlético de Madrid. Sergio Ramos, el de Münich, el de las finales, el de Marrakech, el campeón del mundo. Un defensa que lleva los mismos goles oficiales que Iniesta (52) pero en 97 partidos menos, un lateral reconvertido a central por José Mourinho para ganar todo lo que puede ganar un futbolista en su vida, ha proclamado, prácticamente sólo, al Real Madrid como 'mejor equipo del año', además de mantener a Ancelotti en su puesto tras la mencionada diana a Courtois en mayo. Digo prácticamente, porque sin la ayuda de los 61 goles y 19 asistencias de Cristiano Ronaldo en estos 365 días que acaban, nada hubiera sido posible para los merengues. El portugués se ha convertido en el único jugador en ganarlo todo con dos clubes diferentes.

Dicho esto, quedan proclamados ambos futbolistas como Número 1 de la semana, premio compartido esta vez.



Mundialito aparte, esta semana ha finalizado con la dolorosa derrota de las Guerreras del balonmano español en la final del Europeo ante Noruega. La ilusión de prórroga a falta de 20 segundos perdiendo por dos tantos, justifica ese apodo a la perfección, bravo por ellas.

Al otro lado del charco, Rajon Rondo se ha subido al carro del todopoderoso Oeste, abandonando la franquicia de la NBA con más anillos, Boston Celtics, por la ciudad más odiada de EEUU, Dallas, el lugar donde asesinaron a Kennedy.
Este traspaso no sólo refuerza a los Mavericks y a esta onmipotente Conferencia, sino que también puede transladar gracias a su inercia, coast to coast, a otro animal con licencia para dirigir y para anotar como Deron Williams, en este caso dirección California, a unos Kings de Sacramento que se frotan las manos ante su posible big-three callejero 'DeMarcus Cousins-Rudy Gay-DWill'.
Marc Gasol ha demostrado a lo largo de estos siete días cuales son los fundamentos y las cualidades de un center dominador, primero dando una exhibición ante los vigentes campeones (tres prórrogas y triple sobre la bocina), y posteriormente, protagonizando un duelo colosal contra su hermano Pau (el único capaz de ralentizar su estado de forma), dónde hubo un invitado por sorpresa llamado Nikola Mirotic con 27 puntos y un 6 de 6 en triples incluído.



Mención aparte merece el motor en El Número 1, donde se espera con impaciencia el inicio del mejor Rally del mundo, el Dakar.
Sin duda, el fichaje de Joan Barreda por Honda nos proporcionará uno de los duelos del siglo 'metro a metro' entre BangBang y Marc Coma. Además, Laia Sanz se frota las manos para revalidar su cuarto Dakar femenino.

Y para finalizar el periplo de este blog en el año presente, es pertinente ajustar los acordes cinéfilos y, para ello, recomendar a todos los que lo leen, invertir el dinero reservado para ver El Hobbit (La Batalla de los Cinco Ejércitos) en un buen chocolate caliente que podría ser consumido mientras se visualiza Martín (Hache), Midnight in París, o Ali, el biopic del más grande, que pasará la Navidad hospitalizado por una neumonía.
Evidentemente, seguirá picando como una abeja cuando salga de ésta...
Sed felices.


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