lunes, 30 de marzo de 2015

ILUSIÓN EN DIFERIDO

Siempre ha fascinado la virtuosidad con la que un piloto de motociclismo maneja el peso y la potencia de su moto, inclinando el cuerpo de lado a lado hasta deslizar el codo por el asfalto, a velocidades superlativas, suspendiendo el tiempo y la gravedad durante mágicos instantes ante el deleíte de propios y extraños.

Países como Italia o España, donde como bien dice el vox pópuli 'se sabe de motos', siempre estuvieron al pie del cañón de la gran competición mundial.
En los últimos 30 o 40 años, la fortísima pasión de la afición inculcada por mitos como Giacomo Agostini o Ángel Nieto, se tradujo en grandes pilotos, perfeccionados con los años por los que aprendieron de ellos y retroalimentaron a las generaciones venideras.


La atención con la que cada espectador encendía el televisor los domingos de Gran Premio, iba in crescendo hasta disfrutar de la categoría reina, el último regalo de la mañana en un día de fiesta.

En concreto en este país, mientras se ascendía vertiginósamente en las aspiraciones de cada categoría, mejorando los registros de cada año, RTVE siempre estuvo ahí para contarlo, con mimo y pasión, dando el tempo perfecto y perfilando el foco que la gente necesitaba.

Pero lamentablemente, de forma intempestiva y tras dominar las tres categorías del Mundial en 2013, los derechos de emisión volaron a Mediaset (de propiedad italina) en lo que supuso el principio del fin de la libertad.

Hoy en día, los fieles seguidores tenemos que observar cómo el Motociclismo, ese presente tan majestuoso con tres tripletes en cuatro años, sigue su periplo maltratado por los oscuros laberintos de Telecinco (con Movistar TV y Dorna Sports de por medio).

El inaugural Gran Premio de Qatar ha supuesto despertar súbitamente del sueño del pasado (por segunda vez) y darse de bruces con la realidad para observar como tras tanto trabajo y tantos sueños, alguien se empeña en arrebatar al gran público la ilusión que genera la Edad de Oro del motociclismo español, ésa que se encuentra en su punto álgido hoy en día (a pesar de lo acontecido en Losail) y en cuya cúspide aparecen tres apellidos memorables: Márquez, Lorenzo y Pedrosa.


Al final, el denominador común para los que gestionan los medios de comunicación es el dinero y la audiencia, y cada vez menos la historia y la calidad, por lo que a estas alturas, los dirigentes de Telecinco no se plantearán si El Debate de Gran Hermano Vip es la programación idónea y apasionante para la sociedad española. Mientras tanto, los que crecimos con las motos en abierto y en directo observamos con resignación el continuo descenso de su emisión a los pozos de una ambición dañina.

En Los Lunes del Imparcial se intenta informar sobre la actualidad de la última semana, pero también transmitir la profunda realidad. Por eso en esta entrega, aunque se podría detallar la victoria del eterno doctor de las dos ruedas, la retirada temporal de Pedrosa, la proclamación como rey del mundo de patinaje del tricampeón de Europa Javier Gutiérrez, la despedida amarga de David Cal, la trayectoria impoluta de Golden State Warriors con Steve Kerr dirigiendo al mago Stephen Curry a la gloria, o la esperanza de que Carlos Sainz jr siga saltándose la ley F1 de coche 80% y piloto 20%, lo más pertinente es recordar que en un futuro próximo ya no podremos disfrutar de Marc Márquez sin pagar, ni de Fernando Alonso o Sebastian Vettel, ni por supuesto, de un Madrid-Barça de liga o Euroliga.
Quizá las motos sean la gota que colma el vaso...


Siempre nos quedará el recuerdo en forma de leyenda, porque el derecho al disfrute de determinados eventos deportivos que creíamos nuestro, ya ha abandonado la gratuidad, ¿qué hemos hecho para merecer esto?


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