miércoles, 16 de octubre de 2013

CUANDO EL CICLISMO ERA CICLISMO.

                EL ESPLENDOR DEL PASADO.


Hubo un tiempo en el que el ciclismo era arte, un tiempo en el que era un deporte de masas, mayestático, que estremecía a sus espectadores con los bucólicos paisajes de montaña del mismo modo que transportaba una electrizante pasión a la gente con los amagos, ataques o escapadas de los corredores. También se sufría con sus caídas y con los escalofriantes descensos a velocidad de vértigo. Se descansaba con el avituallamiento en plena etapa, pero había que estar alerta porque esos ciclistas vistos como héroes, mientras reponían fuerzas durante unos kilómetros, debían estar preparados para responder a cualquier ataque, evitar una escapada o disputar un sprint final.

Todo ésto se veía desde el sofá de casa, generalmente después de comer, se observaba con admiración y respeto el esfuerzo de esas personas que haciendo equilibrio sobre dos ruedas, eran capaces de hacer 150 o 200 kilómetros en un día. Pero aun más importante es que no había una sombra muy alargada que hoy en día cubre todo este deporte, hablo de la sombra del dopaje y de la trampa, esa que ha golpeado muy duro al ciclismo hasta dejarlo al borde del K.O. Pero como decía, hubo un tiempo en el que no era oscuro, en el que míticos patrocinadores como 'Kas', 'Bic','Banesto' o 'Rabobank' no tenían miedo de financiar a sus equipos, en el que gente como el pionero Federico Bahamontes (primer ganador español del Tour), el francés Jacques Anquetil, el 'caníbal' Eddy Merclx, el galo Bernard Hinault o el español Miguel Induraín 'El Extraterrestre' levantaban a la gente del sofá, convirtiéndose no sólo en los reyes de la montaña y del crono, sino también en los dominadores del mundo ciclista.
Especial referencia en cuanto a coraje y valentía hago a Luis Ocaña, ese español que residía en Francia en época franquista, capaz de vivir al límite, o mejor dicho, buscarlo porque a día de hoy nadie sabe si lo tenía...


Michael Jordan dijo una vez que 'quien juega al límite es porque cree que lo tiene' bien, pues Ocaña, según cuentan, disputaba las etapas sin conocer el peligro subido en esa pesada bici, se llegó a caer hasta 5 veces en un Tour por su excesiva velocidad, tuvo varios accidentes de coche y de hecho, tras el ciclismo se dedicó un tiempo a correr rallies, pero voy a hacer referencia a un año en concreto, 1973. Ese año el conquense se convirtió en el segundo español de la historia que ganaba el Tour de Francia dando un auténtico recital. Y es que tan sólo dos meses después obtuvo la medalla de plata en el Campeonato del Mundo disputado en Barcelona, superando al por entonces cuatro veces ganador del Tour Eddy Merclx, al cual apretaría las tuercas en más de una ocasión en su carrera.
Creo que la de Luis Ocaña es una historia que la gente debía conocer y que merece ser recordada. No nos olvidemos que en una época en la que España era presa de una dictadura, este hombre distraía por unos momentos y emocionaba a los seguidores del ciclismo, puesto que ganó también una Vuelta a España y en 1971 perdió el Tour cuando lo tenía prácticamente ganado (aventajaba en más de 7 minutos al caníbal Merclx) tras un brutal caída en Col de Menté. Tristemente, Ocaña se suicidó en 1994 tras sufrir una fuerte depresión.


Tras él, vendrían otras leyendas como Perico Delgado o Miguel Indurain, pero desde el año 1999 Lance Armstrong se encargó de engañar a todos los seguidores, también a los que creímos en él hasta el último momento, pintando de color negro el deporte de la bicicleta gracias al dopaje, lo que sumado a la fatídica 'Operación Puerto' en la que muchos ciclistas fueron descubiertos como tramposos, ha provocado una ola de decepción y apesadumbramiento entre los seguidores de este maravilloso deporte.
Hoy en día, equipos míticos como el Euskaltel Euskadi desaparecen, los ganadores del Tour y la vuelta, Chris Froome y Chris Horner, respectivamente, son acusados sin pruebas de dopaje por la masa popular nada más cruzar la meta y en España, recientemente el Movistar se ha proclamado mejor equipo del mundo y Joaquim 'Purito' Rodríguez se ha adjudicado el World Tour pero ya apenas se celebra y se difunde.


Desde aquí quiero hacer una última mención especial, un hombre, Alberto Contador, él era la clave de la recuperación, él era el pasaporte del ciclismo a la credibilidad, la llave de la ilusión y la esperanza, él levantaba no hace mucho a la gente del sofá muchos años después porque todos vimos que era diferente, pero una desgraciada sanción por dopaje, quizá injusta, ha debilitado al pinteño. En su mano está volver por sus fueros y disparar a las pantallas planas de cada casa cruzando la meta de los Campos Eliseos con el Maillot Amarillo el próximo año en París. La venganza se sirve en plato frío y nunca es tarde para redimirse y volver al número 1.



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